"...los escudos restallaban, las espadas aullaban sedientas de sangre y las flechas silbaban como arpías ocultando el sol. Bailaban los estandartes y los bordones de mil y una naciones sobre el cielo cenizo, enarbolados con orgullo y escaso honor mientras los clarines de guerra se sumaban al eco del acero frente al acero, y los tambores tañían como truenos sobre los alaridos de hombres y bestias, presos en el fragor de la batalla.
El enfrentamiento había dado comienzo en los meandros claros del Alamnnos, y todos y cada uno de los allí convocados sabía, que aquella no era una lid como cualquier otra. No cabía retirada alguna. Ni rendición. La Victoria era la única meta. El único propósito. El único fin, pues ninguno estaba dispuesto a dar por perdida la razón misma de aquella refriega...el Arca de la Eternidad."

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